Durante el periodo que estuve de
prácticas tuve varias profesoras como tutoras y de cada una de ellas aprendí
muchas cosas y muy diferentes. Cada una tenía una metodología distinta, alguna
más participativa que otra, más cercana, más amena... Me sorprendió bastante
que no haya una misma metodología en el colegio y ni siquiera por curso. Desde
luego que me parece muy positivo que el profesor tenga autonomía a la hora de
dar su clase, pero pienso que un mínimo criterio metodológico común sería
fundamental, para sacar el mayor partido de los niños y “educar para el
talento” tal y cómo explica José Antonio Marina en su libro del mismo nombre.
Vi sobretodo tres tipos de metodología
y de intervención en el aula: muy autoritaria en al que solo se hacían deberes
todo el día, exclusivamente, más asertiva y participativa, en la que había
normas, pero también trato cercano, deberes acompañados de juegos en algunos
momentos u actividades variadas. Y una metodología muy abierta, flexible y
cercana, algunas normas claras, con una metodología activa, participativa
y muy dinámica. Yo me identifico mucho con las dos últimas. Y aunque de todas
se puede sacar algo positivo, para sacar el mayor rendimiento de los alumnos y
desarrollar sus capacidades al máximo las dos últimas son las que conseguirán
los mejores resultados. Especialmente con la última.
Aprovecho desde aquí
para dar las gracias al Colegio Santa Joaquina de Vedruna por acogerme en su
centro para realizar mis prácticas y darme la oportunidad, junto con la UCJC,
de vivir está experiencia.
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