Mi experiencia de aprendizaje con
alumnos ha sido más bien reducida. Consta de dos experiencias dos campos
distintos aunque dentro del ámbito escolar: mis prácticas de magisterio de
inglés en un colegio durante cuatro meses y unos talleres/charlas que llevo
impartiendo durante dos años en colegios e institutos públicos y concertados de
toda la comunidad de Madrid.
Ambas experiencias me
han encantado. Los talleres para mí ha sido una experiencia muy rica por todo
lo que he aprendido tanto de contenidos cómo de metodologías por un lado. Por
otro lado me ha encantado entrar en un aula, compartir con los niños, discutir,
aprender y enriquecernos mutuamente. Me sentí muy llena, muy activa en esta
experiencia. Además implicaba las dos partes de la educación que me apasionan:
la parte social, eran talleres de prevención de violencia de género y la parte
escolar. Aquí no desarrollaba la planificación de los talleres, los impartía.
En las prácticas conocí más de cerca la
vida escolar, que me ha parecido “una burbuja de paz” con todo lo bueno y malo
que ello conlleva. Lo defino como burbuja ya que es la sensación que me dio, un
mundo aparte, aislado y muy centrado en la rutina diaria, las clases, los
horarios,… Esto por supuesto me pareció negativo, creo que la escuela debe
estar integrada por supuesto y participar en sociedad. Aunque si me gusto la
paz que se respira, ese ritmo tranquilo, pausado, los horarios conocidos y la
organización. En cuanto a la planificación objetivos,… yo no participe de nada
de todo esto, puesto que mis practicas fueron, por diversas causas, sobretodo
de observación y apoyo en el aula, ayuda a corregir y algún ejercicio oral o
cubrir alguna ausencia pero con todo planificado y cerrado. Tengo ganas de
probar todo lo demás que tan vinculado está además a la pedagogía
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